1. Presunción de inocencia: El sistema legal en los EE. UU. opera bajo el principio de que las personas se presumen inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad, lo que garantiza un juicio justo. 2. Derecho a asistencia legal: Los acusados tienen derecho a representación legal, ya sea a través de un abogado privado o un abogado de oficio si no pueden costearlo. 3. Jurado imparcial: Los acusados tienen derecho a un juicio por un jurado imparcial, compuesto por sus pares, lo que garantiza un proceso de toma de decisiones justo e imparcial. 4. Debido proceso: El sistema legal de los EE. UU. garantiza el debido proceso, lo que asegura que las personas acusadas de un delito tengan la oportunidad de presentar pruebas, confrontar a los testigos y tener una audiencia justa e imparcial. 5. Regla de exclusión: Las pruebas obtenidas ilegalmente o en violación de los derechos constitucionales de una persona se excluyen de los procedimientos judiciales, lo que protege aún más la imparcialidad e integridad del juicio. 6. Contrainterrogatorio: El derecho a contrainterrogar a los testigos permite al abogado del acusado cuestionar la credibilidad y confiabilidad de las pruebas y los testigos de la fiscalía. 7. Testigos expertos: Los acusados tienen derecho a presentar testigos expertos que puedan aportar conocimientos y análisis especializados que respalden su defensa. 8. Preservación de la evidencia: El sistema legal garantiza la preservación y protección de la evidencia contra manipulaciones, garantizando así su integridad durante el juicio. 9. Derecho de apelación: Si las personas consideran que su juicio fue injusto, tienen derecho a apelar la decisión y a que su caso sea revisado por un tribunal superior. 10. Transparencia: En el sistema legal estadounidense, los juicios se llevan a cabo en audiencia pública, lo que permite al público y a los medios de comunicación observar y garantizar que se imparta justicia de forma justa e imparcial.